Como parece que su marido anda algo pachucho, esta joven asiática ha querido ser buena y le lleva la comida a la cama. Lo que pasa es que tanta atención también merece su recompensa y al poco rato, la chica le pidió un polvete en agradecimiento. El tipo no dudó en hacerlo, ya que se estaba portando de lujo con él y al final, le metió la polla a conciencia sobre la cama, mientras la guapa oriental no paraba de gemir con cada pollazo que iba recibiendo su coño.
Categorias: Asiáticas
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