Cuando este chico se enteró de que tenía a Christie Stevens como vecina, se obsesionó con ella. Decidió usar su dron para espiarla mientras tomaba el sol en bikini. Un día se le cayó su aparato en el jardín y la rubia fue a verle para devolvérselo. Empezaron a charlar y al final, la muy golfa no pudo evitar sacar su lado de zorra y tras meterle mano, acabaron follando en el sofá y el chico pudo cumplir un sueño.
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