Después de un rato practicando yoga, pude notar como mi novio me miraba de arriba a abajo. NO estaba por la labor de follar, pero quise regalarle un momento caliente a solas, así que me acerqué y fui a por su polla. Empecé a acariciarle y se la puse bien dura, momento en el que le demostré lo experta que soy dando mamadas, sacándole brillo y dejando que soltase toda su lefa sobre mis tetas.
Categorias: Mamadas
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