Tengo la suerte de tener dos amigas muy zorras y además muy atrevidas, con las que siempre me lo paso de lujo. Tenemos mucha confianza y una tarde a solas, quisieron animar el ambiente haciendo guarradas. Me pidieron que me uniese a ellas para probar un trío casero en la cama, donde tuve a las dos encima y compartiendo mi polla. Fue una experiencia increíble y tuve que concentrarme para no correrme antes de tiempo, ya que las dos montaron mi polla como auténticas desesperadas.