Le habían hablado tan bien de dos masajistas que en seguida, tuvo que pedir cita en su consulta para comprobar si eran tan buenas. Sin duda estaban en lo cierto todos esos rumores, aunque poco tenían que ver sus habilidades con los masajes, ya que la relajación consistió más bien en puro sexo. Y es que ambas zorras empezaron a meterle mano en la ducha y acto seguido, se lanzaron a por su polla en un trío de lo más salvaje.
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