Aunque ya no son unos jovencitos, esta milf y su marido siguen disfrutando del sexo y la verdad es que no tienen nada que envidiar a parejas más jóvenes. De hecho muchas veces suelen usar una cámara para grabarse, algo que volvieron a hacer antes de irse a dormir en una noche de calentón. Al final fueron protagonistas de una follada casera muy intensa, donde la rubia recibió pollazos en varias posturas y acabó con su cara bañada en lefa.
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