Aunque había bajado a tomarme un café, cuando pasé al lado del grifo de la cocina se me ocurrió una idea muy morbosa. Quise usarlo para masturbarme el coño, así que me quité la ropa y me subí a la encimera hasta empezar a usar ese chorro para llegar al orgasmo. No esperaba disfrutar tanto, pero al final fue una gozada y acabé más que contenta, dejando además mi entrepierna bien limpia.
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