Tras muchos meses siendo su fiel empleada, esta vez esta sexy secretaria quiso convertirse en la putita de su jefe. Por eso, apareció con una gabardina y debajo su ropa interior más sexy, que en seguida le mostró a solas en el despacho. Se aseguró de que nadie pudiese pillarles y al final, acabó llevándose su rabo a la boca para luego, abrirse de piernas sobre su escritorio y disfrutar de un polvazo, que acabó con su carita cubierta de lefa.
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