Desde el primer día que se vieron, entre este chico y su nueva madrastra surgió un flirteo y una chispa, la cual se notaba cuando el chaval se quedaba embobado mirándole sus tetazas. La milf lo sabía y una tarde, se metió en su cuarto para dárselas a probar en la cama. Él no podía creérselo, pero le siguió la corriente y al final, se marcaron un polvazo a solas en casa, donde embistió el chochito de la nueva esposa de su padre sin dudarlo.
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