Aunque me sacaba unos cuantos años, esta madura tetona me atrajo demasiado y no pude decirle que no. Quedamos en su casa y la señora me pidió sexo, algo que no dudé en darle. Me empleé a fondo y parece que logré darle mucho placer, ya que gimió como una golfa mientras se la metía. De hecho cuando terminé y estando aun agotada, me confesó que había sido el mejor polvo de toda su vida.
Categorias: Maduras
19:1