A mi amiga y a mi nos encanta no solo fantasear, sino hacer realidad nuestras necesidades sexuales más atrevidas. Un día pensamos en usar a un amigo como esclavo sexual y cuando se lo dijimos, el chico se apuntó al instante. Le invitamos a nuestro piso y tras atarle a la cama y ponerle un antifaz, le hicimos de todo. Nos turnamos sobre su polla y logramos disfrutar montándole sin descanso, hasta terminar por hacerle una paja con la que eyaculó como nunca.
Categorias: Tríos
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