Estaba llegando a casa de mi novio y de repente, vi a través de una de sus ventanas como se masturbaba a solas en el salón. Tenía la polla dura como una piedra y acabé cachondísima, así que entré para echarle una mano. Sin mediar palabra, empecé a chupársela en el salón y luego me abrí de piernas en el sofá, donde estuvimos toda la tarde follando como animales.
Categorias: Negras
05:00